Recientemente, en abril de 2018, ha visto la luz en la prestigiosa publicación Cretaceous Research un artículo escrito por miembros del Grupo Aragosaurus-IUCA titulado «Chronostratigraphy and new vertebrate sites from the upper Maastrichtian of Huesca (Spain), and their relation with the K/Pg boundary» (Cretaceous Research 89, 36–59)
Es el fruto de largos años de investigación del grupo estudiando la extinción de los Dinosaurios sobre las formaciones Tremp y Arén, en la comarca de la Ribagorza. En esta ocasión, ha sido el paleontólogo Eduardo Puértolas el que ha liderado este interesantísimo trabajo. Y, con él, hemos tenido la oportunidad de conversar…
«La Gran extinción», así se titula aquel magnífico libro de los años 80’s de Michael Allaby y James Lovelock en el que nos presentaban las posibles causas de la desaparición de los Dinosaurios. Me da la impresión que en los últimos años tampoco hemos avanzado mucho más en definir este evento que tanto nos apasiona, ¿o si?
Se ha avanzado, desde luego. Pero a menudo sucede en ciencia que cuando más se sabe de un tema, como puede ser la extinción del Cretácico/Paleógeno (K/Pg), las hipótesis y modelos previos se complican, dando la falsa sensación de que cada vez sabemos menos. Durante los últimos 30 años una afluencia de nuevos datos ha refinado en gran medida nuestra comprensión sobre la evolución y la extinción de los dinosaurios no avianos y otros vertebrados mesozoicos. Los equipos de investigación trabajando en este campo han aumentado considerablemente, cuya consecuencia inmediata es un incremento casi exponencial en el descubrimiento de dinosaurios. En comparación con los años 80, la cantidad de dinosaurios descubiertos al año se ha multiplicado por 5, en lo que llevamos de década se describe un dinosaurio nuevo cada dos semanas. Todo esto, unido a los avances en la datación radiométrica, la magnetoestratigrafía y la bioestratigrafía, han permitido ubicar a los últimos fósiles de dinosaurios cretácicos con mayor precisión dentro de su contexto en relación con el impacto meteorítico, el vulcanismo o el cambio climático, pudiendo acotar de forma más precisa las relaciones causales de su extinción.
Y algo cayó del cielo… La hipótesis de atribuir la extinción de los Dinosaurios a la caída del asteroide parece algo simplista. En la actualidad se están haciendo perforaciones en la zona del cráter de Chicxulub ¿Qué se está buscando? ¿Qué nos puede aportar?
Bueno, esto se escapa un poco de mi especialidad, hay compañeros en el área de paleontología de la Universidad de Zaragoza que son punteros a nivel mundial en este campo y podrían contestarte mejor. Pero en resumen, desde que el estudio de los Álvarez en los años 80 sugirió que la extinción de los dinosaurios podría haber sido ocasionada por un impacto meteorítico, solo faltaba encontrar semejante cráter y Chicxulub fue la clave. Las primeras evidencias de este cráter fueron descubiertas mediante geofísica (anomalías magnéticas y gravimétricas), hay que tener en cuenta que el cráter está sepultado y no es visible a simple vista, además, se conocían depósitos con iridio, cuarzo de impacto y tectitas en la zona caribeña, pero no existía ni una sola prueba tangible de dicha colisión, es ahí donde entran las perforaciones. Estos sondeos permitieron establecer las características geológicas y la composición de la estructura del cráter haciendo evidente que solo pudo ser causado por un gran impacto. Desde entonces hay decenas de equipos haciendo estudios multidisciplinares que incluyen estratigrafía, geoquímica, mineralogía, micropaleontología etc… Este tipo de estudios de alta resolución, que combinan la geología de cráter, los materiales eyectados, modelos climáticos y la bioestratigrafía, podrían ayudar a revelar los mecanismos físicos y biológicos que llevaron a la extinción masiva del K/Pg.
Nuestros apreciados reptiles del mesozoico ya sobrevivieron a la extinción en masa del Triásico. Y no solo eso, además salieron reforzados y se diversificaron rápidamente. ¿Quizás hace 65 millones años el problema de los Dinosaurios es que ya estaban en plena decadencia evolutiva?
Esa es la eterna pregunta, y una de las más difíciles de responder… Y no es porque no se esté estudiando a fondo, la dificultad radica en la discontinuidad y el sesgo del registro fósil en depósitos continentales. Mientras en medios marinos la sedimentación se produce de forma relativamente constante, en medios continentales este proceso está regido por el curso de los ríos, los lagos, los deltas etc… Esto hace que la sedimentación, y por tanto, la capacidad de fosilizar un dinosaurio o cualquier otro organismo, sea un proceso complicado, lleno de interrupciones y ligado a largos periodos sin sedimentación e incluso erosión. Esto hace que el registro fósil de vertebrados al que tenemos acceso tan solo represente una mínima parte de la biodiversidad real que había en el pasado. Teniendo esto en cuenta, la mayoría de estudios no observan un declive notable en la biodiversidad de los dinosaurios hasta su extinción en el K/Pg, Sin embargo, es bien conocido que el final del Cretácico sufrió cambios bruscos en el nivel del mar y la temperatura, así como dos grandes fases del vulcanismo en el Decán (India). Si estos eventos climáticos afectaron de forma notable a los dinosaurios es algo que todavía no podemos responder debido, como ya he dicho, a las limitaciones del registro fósil.
Eduardo es un joven licenciado en Geología por la Universidad de Zaragoza, donde también realizó el máster y el doctorado. El tema de su tesis fue el estudio del registro fósil de los cocodrilos de Aragón, principalmente del Cretácico Superior de los Pirineos (Arén y Serraduy), aunque también ha estudiado material del Cretácico inferior de Teruel. Su tesis le llevó, además de visitar diferentes lugares en España, a estancias de investigación en Estados Unidos y Hungría. Actualmente es investigador postdoctoral en la Universidade Nova Lisboa donde no ha abandonado a los cocodrilos y dedica sus esfuerzos a estudiar el registro fósil de estos reptiles en el país vecino.